La justicia de Dios en tiempos de Gracia.
Jeremías 46:28
Tú, siervo mío Jacob, no temas, dice Jehová, porque yo estoy contigo; porque destruiré a todas las naciones entre las cuales te he dispersado; pero a ti no te destruiré del todo, sino que te castigaré con justicia; de ninguna manera te dejaré sin castigo.
La justicia es uno de los atributos más relevantes de Dios, junto con la misericordia, ambas cualidades reflejan su carácter, ¿Cómo comprender la justicia de Dios en medio de las pruebas?
Según Pablo la historia del pueblo de Israel nos es dejada a los cristianos como advertencia o amonestación (1 Corintios 10:11), en este sentido podémos usar la historia que Jeremías cuenta cuando Dios está determinado a castigar a los pueblos enemígos de Israel, pero aún desea poner a prueba a sus escogidos y hacerlo justamente, según lo que merecen pues él no podía dejarlos sin castigo. Su carácter justo le exige actuar con justicia, pues él no puede ser burlado.
(Galatas 6:7 7 No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.)
Dios decidió usar un representante de los hombres para castigar con justicia a la humanidad, él fue herido por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. (Isaías 53:5). Jesus representa la justicia de Dios en medio de la gracia, pues él proveyó para nosotros la forma de liberarnos del castigo que era imperativo que cumpliéramos, más por gracia sómos libres y hechos justo ante el Padre.
Sea este un motivo de alabanza, active nuestro amor por él y nuestro agradecimiento produzca pasión por su Espíritu y su Palabra para vivir una vida de santificación digna de un hijo suyo.